Rolando Duarte, presidente de la Bolsa de Valores de El Salvador (BVES), anunció este día que de junio a la fecha, se han celebrado 116 operaciones con un monto transado de $12.3 millones, lo que supera por mucho la meta estimada para al cierre de este año que era de $10 millones.

De continuar con este ritmo, al finalizar 2017 la unión de ambas bolsas podría dejar unos $15 millones negociados.

Del total registrado hasta hoy, $9 millones corresponden a inversiones hechas por salvadoreños en Panamá. De estos, $7 millones han sido en el mercado primario y $2.3 en el secundario. Los otros $3 millones han sido inversiones panameñas en la bolsa salvadoreña.

La mayoría de los valores transados son de renta fija, comentó Duarte, al tiempo que destacó la oportunidad y el potencial de inversión que este modelo de integración del mercado de capitales representa, ya que entre ambas plazas suman 240 emisores activos.

“Esto lo que nos dice es que el modelo es exitoso porque no ha dado problema alguno. Además reafirma que hay confianza de inversores panameños hacia acá y de acá para allá”, señaló el titular de la BVES.

Este es el primer ejercicio de integración bursátil que se hace en Centroamérica, con un modelo llamado remoto que además de homologar las leyes del mercado de valores de ambos países con sus supervisores de garantes, también cuenta con requerimientos de custodia y "software" para hacer las transacciones en tiempo real.

El éxito del modelo ha motivado a que otros países como República Dominicana y Nicaragua hayan expresado su voluntad de integrarse, con el objetivo de que tal y como sucede con Panamá y El Salvador, en sus plazas se pueda transar también valores como si fuera una sola.

Duarte comentó asimismo que han recibido una tercera expresión de integración por parte de la Bolsa de Valores de Quito, Ecuador.

En ese último caso, el siguiente paso sería la firma de una carta de intención de integración para dar inicio con el trámite.

República Dominicana, por su parte, se encuentra en la etapa de homologación de sus leyes con las de Panamá y El Salvador para dar luz verde a la unión de su bolsa.

La ventaja en el caso de Nicaragua, finalmente, es que sus leyes permiten muchos de los requerimientos que exige el mercado centroamericano de valores.

A diferencia del proceso de integración de las bolsas de El Salvador y Panamá, el cual demoró dos años debido a que fue necesario construir todo el modelo, se espera que el de los otros tres países que han expresado su voluntad de adherirse sea mucho más rápido.  Eso sí, explica Duarte, dado que se trata de un modelo creado entre los dos países centroamericanos, en concordancia con los acuerdos y el respeto entre ambos mercados, la integración de cualquier otro mercado deberá contar con el visto bueno de ambas partes.

“Yo creo que aún no se ha visto el potencial que tiene este modelo pero ya superó nuestras metas. Ahora el éxito también ha dependido de ser respetuoso y muy disciplinado en los procesos y eso nos gustaría seguirlo manteniendo con cualquier otro país que se integre al mercado regional de valores”, expresó.

La bolsa salvadoreña también crece 

Más allá de dicha integración, la bolsa salvadoreña no ha podido evadir este año, en algunos de sus mercados, los vaivenes de la economía local.

A septiembre pasado, el mercado primario reportó un crecimiento interanual de 36 % al pasar de $227 millones de 2016 a $308 millones este año. Esta alza ha sido apuntalada en su mayoría por el sector privado, pues del total transado en 2017, $259 millones correspondieron a dicho sector, mientras que el restante al sector público.

Entre los nuevos participantes del sector primario  ha destacado además la titularización de Optima Servicios Financieros por $5 millones y la de la Caja de Crédito de Zacatecoluca por $10 millones.

Sin embargo, otros mercados se han visto menguados por una menor actividad del reporto público a consecuencia del efecto de las bajas en la calificación de riesgo de El Salvador, las cuales generaron cautela en los inversionistas.

En el volumen total del mercado secundario, por ejemplo, se observa una caída drástica. Siempre en términos interanuales a septiembre, este pasó de $232 millones, en 2016, asolo $66 millones, este año. 

El gerente general de la Bolsa de Valores, Valentín Arrieta, precisa, no obstante, que el año pasado hubo transacciones del mercado secundario atípicas, originadas por cambios en la plaza financiera, que sumaron $150 millones.

Así, si se restara el efecto de dicha operación, el mercado secundario habría registrado el año pasado (siempre a septiembre) transacciones totales por $82 millones, lo que significaría una caída más limitada de 17 % con respecto a los $66 millones reportados a septiembre de 2017.

Revista El Economista. Jueves, 19 de Octubre del 2017 | Escrito por - María José Saavedra FOTO:MELVIN RIVAS