Las bolsas de valores de Panamá y El Salvador negocian unos $12,000 millones al año. Entre ese abultado universo, ya están titilando unos $4.4 millones que iluminan con esperanza a ambas plazas: fueron las primeras transacciones en el mercado integrado de valores, tras sus primeros dos meses de vida.

Comparado con el volumen anual $12,000 millones, $4.4 millones equivalen a poco más del 0.036 %. De momento, la cifra es lo de menos, lo importante es que la estrella de la unión bursátil se vaya incrementando.

La integración de las bolsas de valores del istmo centroamericano ha venido siendo un sueño de larga data. Panamá, El Salvador y Costa Rica lo han venido conversando desde hace más de una década, pero no fue hasta septiembre de 2015 que los primeros dos mercados firmaron un convenio para darle vida a la figura del operador remoto.

El acuerdo permite a las casas corredoras de bolsa de un país socio ingresar al sistema de negociación de la contraparte, siempre y cuando haya recibido la autorización de los supervisores.

En la práctica, el 20 de mayo se transó la primera operación, cuando el puesto de bolsa Servicios GeneralesBursátiles (SGB) adquirió Notas del Tesoro de Panamá, por un monto de $175,000.

Para concretar la transacción no se necesitó comprar un billete aéreo a Tocumen. Se hizo desde la capital salvadoreña, ingresando al Sistema de Transacciones Electrónico (SITREL), de la Bolsa de Valores de Panamá (BVP).

Cinco días después, el primer operador panameño ingresó al Sistema Electrónico de Negociación (SEN) de la Bolsa de Valores de El Salvador (BVES) para llevarse unos $220,000 de papel comercial de La Hipotecaria.

Alice Lozano, gerente de Ventas y Relaciones Institucionales de MMG Bank, de Panamá, relata que el sistema funciona relativamente igual entre ambos mercados. La única diferencia palpable reside en el ciclo de liquidación, que por las diferencias de horario demora un día más que una transacción local.

Luego de que los corredores de bolsa negocian una transacción, las centrales de depósito entran en acción para movilizar o custodiar el título. Para el caso salvadoreño, la Central de Depósito de Valores (Cedeval) y, por el lado panameño, la Central Latinoamericana de Valores (Latin Clear).

El futuro de la integración

Para volver realidad el deseo de la integración, ambos países han modificado sus marcos legales. Panamá incorporó la figura del operador remoto en 2012; mientras que El Salvador lo hizo en 2014 y lo identificó como intermediario bursátil extranjero.

Y es por esto que la Bolsa Nacional de Valores de Costa Ricano ha dado el paso, le falta una ley que ampare los operadores remotos.

Mientras tanto los corredores de bolsa salvadoreños y panameños siguen su estrategia para movilizar a los interesados.

Esto explica por qué a finales de julio, una docena de emisores panameños, de sectores privado, público, entre otros, aterrizaron en San Salvador para promover su oferta de títulos valores.

En el papel, las cifras macroeconómicas de Panamá y El Salvador difieren sustancialmente: la economía del primero avanzará 5.6 %, el mejor desempeño en América Latina; la del segundo lo hará en 2.5 %, por debajo del 3.6 % promedio en Centroamérica, según las proyecciones más recientes de la Comisión Económica para América La-tina y el Caribe (CEPAL).

Por otro lado, las clasificaciones de riesgo de la deuda de sus respectivos gobiernos se sitúan actualmente en puestos diametralmente opuestos: mientras el soberano panameño goza de grado de inversión desde 2010, el soberano salvadoreño se hunde en uno de sus peores momentos.

Mas eso no inhibe a los inversionistas que piensan en el largo plazo y, consideran, pueden encontrar oportunidades aun dentro de la alicaída economía salvadoreña.

“No es un secreto que hubo temas políticos en El Salvador y coincidieron justamente cuando habíamos arrancado con el programa. Sí hubo gente que estuvo interesada en comprar papel de gobierno y con este rumor sí se me hace más difícil poder venderlo, pero en el tema privado sí hay interés. No siento que desincentive, es necesario hacer lo que estamos haciendo ahorita para que despegue”, analiza Lozano, de MMG Bank.

Los emisores ven oportunidades en ampliar mercados que engrosen la demanda de las colocaciones. Christopher Toyloy, jefe de Análisis de Deuda y Riesgo del Ministerio de Economía y Finanzas de Panamá, relata que de aquí a 2023 el Gobierno canalero tiene necesidades de financiamiento por unos $6,800 millones.

“El costo de financiamiento anda alrededor del 4.7 %, lo hemos visto bajando, prueba de esto es el último bono que emitimos en mayo pasado, a 30 años con una tasa de 4.5 %, con un spread de 150 básicos sobre el Treasury, eso es un muy buen spread para un emisor soberano y de alcance para los inversionistas latinoamericanos”, apunta Toyloy.

De hecho, los compradores de títulos panameños pueden seguir la evolución de sus precios a través de la aplicación Panamá GOVT para Android, que forma para de las estrategias para fomentar la transparencia.

“Vemos con muy buenos ojos esta integración, va a ayudar a profundizar y ampliar este mercado y permitirá la dinamización en nuevos negocios para fondear al Estado de manera más eficiente y mucho más económica”, considera Toyloy.

Por su lado, Valentín Arrieta, gerente general de la Bolsa de Valores de El Salvador, sostiene que la alianza les da un valor agregado.

“Hay una diversificación de opciones de inversión tan solo con el hecho de que no estés colocando tu dinero en los mismos títulos, se abre una puerta a otras economías, a otros emisores, con distintas características, las tasas de intereses que puedan pagar uno u otro pueden ser distintas”, reflexiona Arrieta.

La integración entre estos socios se viene en un momento en el cual ambos pretenden profundizar sus mercados con nuevos proyectos. En El Salvador, por ejemplo, se están instalando los fondos de inversión, que se volverán en nuevos inversionistas institucionales, agrega el gerente de la BVES.

Por su lado, Olga Cantillo, gerente general de la BVP, relata que ya trabajan en iniciativas con miras al mediano y largo plazo: moneymarket, cuentas de depósitos que permiten la inversión en corto plazo; los “repos”, es decir acuerdos de recompra de títulos valores en el corto plazo; y negociaciones “overnight”.

De cara a futuro, se necesita que la regulación siga acompañando al proceso de interconexión bursátil.

Mientras los inversionistas panameños no afrontan restricciones para adquirir títulos salvadoreños, desde El Salvador uno de los inversionistas más importantes en el mercado no puede acceder a Panamá: las Administradoras o de Fondos de Pensiones.

“Si el interés era integrar las bolsas y poder funcionar en ambas vías es importante que la regulación acompañe eso. Si los fondos de pensiones que son de los inversionistas más grandes del mercado salvadoreño no pueden comprar los títulos, es algo que frena un poco la liquidez que podríamos tener”, lamenta Lozano, de MMG.

Para Roberto Brenes, ex gerente general dela BVP, mantener diferentes regímenes de inversión para las AFP redunda en ineficiencias que restan liquidez y profundidad al mercado.

“El fondo de pensión puede seguir manteniendo su filosofía de inversión y acudir a los diferentes mercados”, reflexiona el panameño.

Todos esperan que el acercamiento entre El Salvador yPanamá sea el primer paso hacia una galaxia bursátil de Centroamérica e, incluso, el Caribe.

A la expectativa de que Costa Rica adecúe su marco legal para entrar al programa se suma República Dominicana, dice Cantillo. De lograrse, la estrella de la integración podría brillar con más intensidad.

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“Por elmomento existe una mediana integración”

Entrevista con Roberto Brenes, exvicepresidente y ex gerente general de la Bolsa de Valores de Panamá.

Que negociar títulos valores en el istmo sea tan fácil como mostrar una licencia de conducir. Esa es la aspiración de Roberto Brenes, ex gerente general de la Bolsa de Valores de Panamá entre 2003 y 2015, y uno de los gestores de la integración bursátil regional.

¿Cuál es la importancia del proyecto de integración del mercado bursátil en el istmo?

Centroamérica debería buscar tener un mercado regional, no un mercado local. Los emisores en general son más grandes que los mercados locales. Vemos a empresas como Avianca, Copa, Cervecería Costa Rica, entre muchas otras, que se van a financiar en los mercados de primer mundo cuando en realidad tú podrías, sumando esfuerzos, tener mercados regionales en donde pudieras canalizar el ahorro local, las inversiones productivas y darle a los emisores la oportunidad de que haya inversión local.

¿Cuáles son los retos para hacer crecer este proyecto?

Uno de los primeros retos es enamorar a los gobiernos, a los ministerios de finanzas, a los bancos centrales, a los ministerios de economía que hay que impulsar a los mercados de capitales de la región. Un ministro típico de economía de finanzas piensa en el turismo, en la agricultura, pero no piensa que un mercado de valores va a potenciar esos sectores. Si hubiera una estrategia regional alrededor de cómo desarrollar los mercados de capitales se acelerarían procesos y sería más fácil alinear a los reguladores.

¿Por qué se da ese fenómeno?

Primero, no creo que el mercado de capitales cree muchos votos; segundo, muchas veces no entienden qué impacto puede tener esto; y tercero, aunque cada vez menos, está el fantasma de que el movimiento especulativo de fondos de una bolsa a otro debilita a las monedas locales, al punto de que en Centroamérica hay impuestos altos al famoso capital especulativo. Al final de cuentas, están castigando a un capital que a lo mejor le hace mucho bien a la economía en términos de liquidez.

¿La integración bursátil desafía a las políticas monetarias?

Esto desafía a la sabiduría convencional respecto a eso, la cual yo creo que es equivocada. Nosotros no tenemos ese problema en Panamá, El Salvador no lo tiene ya, no tiene que defender una tasa de cambio, y es probable que es una de las razones por las que esto floreció más rápido aquí, por la dolarización.

¿Qué viene después de la integración del mercado regional?

Creo que estamos muy lejos de estar integrados. Ahora mismo lo que tenemos son pantallas de bolsa donde los panameños pueden comprar en la bolsa salvadoreña; y los salvadoreños pueden comprar en la panameña. Tiene que haber integración en los sistemas de pago y compensación, por ejemplo. Por el momento existe una mediana integración, particularmente entre El Salvador y Panamá, pero hay que irla fortaleciendo.

Datos

240 emisores activos están listados en las primeras bolsas integradas de Centroamérica.

$12,000 millones negociaron ambas bolsas

“Así como nosotros llegamos a este acuerdo es clave que otros países se unan. Si entran bolsas como las de Costa Rica, Nicaragua, Honduras, la oferta se engrandecerá”.ALICE LOZANO, MMG Bank

Revista El Economista – 21 de agosto 2017

Por Pablo Balcáceres